lunes, 26 de abril de 2010

Agachar el moño

Acabo de tener un 'encuentro' con uno tiburón. De esos que no importa si son tontos y feos, simplemente están arriba tuyo en la cadena alimenticia. Resulta que llevo años trabajando en un proyecto y este fin de semana descubrí que las premisas básicas estaban erradas. Fue una gran alegría, el producto final sería mejor y solo se necesita cambiar un par de cosas para arreglarlo. Con suerte, serán 15 minutos. Pero el pez grande se enojó, amenazó y, finalmente, deberé dejar el trabajo sin corregir. Aunque eso significa que me avergüence de mi trabajo.

Me carga agachar el moño! No entiendo porqué suceden estas cosas. ¿Por qué no podemos respetarnos? ¿Por qué los tiburones pueden hacer lo que se les antoje? No me importa si él quiere ser mediocre, pero que me obligue a mi a serlo? Me indigna, me emputece, me hace creer que así el mundo nunca será un lugar mejor. Así la cantidad de gente infeliz y frustrada siempre irá en aumento.

¿Será que cuando llegan a ser tiburones ya han tenido que agachar el moño tantas veces que tienen un resentimiento muy grande? ¿Será que para llegar a ser tiburón hay que decirle 'sí sí' a todos tus superiores? ¿Será que algún día los pecesillos dorados podremos vivir en un mundo libre de predadores? No quiero que me 'amolden' para ser uno más del montón, me carga que el proceso de educación (tanto formal como informal) se traduzca en eliminar particularidades, diferencias con el resto, que todo fluya suavecito, sin molestar a 'los tiburones' y así perpetuamos el status quo para siempre.

Me carga el status quo. Me carga agachar el moño y no sé si quiero aprender a hacerlo.

PS: Acabo de escuchar una frase que me recordó este post: El clavo que sobresale es martillado.

domingo, 25 de abril de 2010

La cocina el fin de semana

Yo antes cocinaba. Cocinaba rico y me gustaba hacerlo. No voy a decir que era experta, pero´tenía lo propio. Hoy no cocino casi nunca. De lunes a viernes, para bien y para mal, cocina la nana. Intento que deje algo preparado para el sábado porque tengo cero energías para cocinar. Le preparo la comida a mi hija y chao. Si no hay algo para nosotros, aperramos con los buenos tallarines con salsa, lo más sofisticado sería salsa Puttanesca, con cilantro y aceitunas.

Y no tengo rollo con eso, salvo que con el tiempo la acumulación de pizzetas y panes con queso se evidencia. Pero ayer encuentro que fue el colmo: vino una amiga a comer y trajimos comida para llevar de un local. Nunca tuve tiempo ni para pensar qué podría preparar, no hablar de tiempo para ir a comprar las cosas ni para prepararlo! Es casi impensable. Lo bueno fue que mi amiga no venía por la comida sino para vernos y lo pasamos genial igual. Además, la comida estaba riquísima.

Me gustaría tener tiempo para cocinar. Para mí la comida es importante y al menos el fin de semana se debería cocinar en familia, con buenas vibras y tranquilidad. ¡Quizás algún día!

miércoles, 21 de abril de 2010

10 razones por las que odio a la nana nueva

  1. Me llama por un nombre distinto al mio.
  2. No me gustan las toallas de playa en el baño o las tablas de cortar colgadas en el living como si fueran cuadros. Yo sé que mis tablas son bonitas, pero nunca tanto.
  3. No me gusta comer tallos ni vegetales podridos. Ni me gusta tener que explicar la diferencia entre lo comestible y lo no comestible. Tampoco me gusta comer su comida, no tiene mucha cultura de comida: guarda el jamón destapado en el refri, guarda sartenes y ollas con los restos de comida (también destapados además) y cuando recalienta algo, lo calienta todo, no solo la porción que se va a comer.
  4. Es gritona o habla fuerte, es lo mismo. Hasta mis gatos saltan del susto. Hasta su celular suena fuerte. Obviamente, no escucha nuestro teléfono ni el citófono porque están en nuestro umbra de audición.
  5. No me gusta como trata a mi hija. Me desespera que la siente mirando por la ventana, la clásica imagen de un enfermito. La trata como bebé de meses y es una niña bien grande. Ella no come 'papita', almuerza y cena que no es lo mismo. Me molestan las cosas que le dice a ella, o son mentiras o son reclamos o que sus gatos son feos.
  6. Según ella, tengo que ordenar mi casa de manera tal que le sea más fácil limpiarla, como sacar las cosas de la repisa para que esté más liviana y la pueda mover. ¿Mi guitarra en el clóset? No me jodas. Y los libros que estoy leyendo, se quedan en mi velador. ¿Por qué las actividades culturales se asumen poco frecuentes?
  7. Puede tardar horas en hacer aseo en un mismo lugar, todo el día está todo pendiente y revuelto. Piso traperos mojados en cualquier lado y la taza del baño pasa horas 'inusable' o usable bajo mi propia responsabilidad.
  8. Debo estar loca, pero me gustan las botellas de champú en la bañera. No quiero salir mientras me ducho a buscarlos al lavamanos ni al wáter.
  9. Hablando de wáter y baño... Yo almuerzo al lado del baño y la verdad es que me molesta que haga el aseo del baño mientras yo almuerzo. Tiene todo el día para hacerlo, ¿es necesario hacerme comer con olor a detergentes y recordándome dónde va ir a parar lo que estoy comiendo?
  10. Me cae mal, lo dije y que. Para ella todo es terrible, todo es grave, todo está malo, lo que incluye por supuesto muchas de mis decisiones de crianza con mi hija. 'Es que con su abuelita lo pasa bien la niña...' Los problemas más insignificantes son terribles y le producen gran angustia. Sorry, pero me da lata. Si quiere vivir sufriendo y quejándose, no quiero tenerla todos los días en mi casa.
Y así, poco a poco pero más rápido de lo quisiéramos, nos vamos convirtiendo en viejas mañosas. Porque si algo positivo ha tenido esta experiencia es que tengo una lista clara de las cosas que me molestan para compartirla con nuestra próxima nana.

martes, 20 de abril de 2010

Presentación

Esta soy yo. En realidad, no soy yo... Es esa parte de mí que no aparece en otros lados, ya sea porque son temas muy mundanos, porque es políticamente incorrecto o porque simplemente me da verguenza. El famoso lado B o, como lo veo yo, la intersección de todas esas personalidades distintas a la conocida. La parte del iceberg que se oculta bajo el agua aquí es la protagonista, porque muchas veces es la parte más divertida.

¿De qué hablaré en este blog? Simplemente de lo que se me ocurra. Aquí no hay tema, esta es la vida misma (la mía) con todo lo que venga, con sus encantos y desencantos. Desde el arroz quemado hasta el discurso idiota de Evo Morales sobre las hormonas del pollo y pasando sin falta por American Idol. Sin filtro, sin editores, sin intereses. Porque me gusta escribir y aquí está para quien le guste. Porque a veces es bueno ser una mina tonta.